Manchas fue un perro callejero que era muy querido y cuidado por todo el pueblo en Lurín, Lima. Los vecinos lo alimentaban y cuidaban, cuando enfermó por la edad fue hospitalizado y muchos del pueblo colaboraron para su tratamiento.
Manchas fue un perro que nunca quiso estar en una casa pues aunque en varias ocasiones intentaron adoptarlo diferentes vecinos del pueblo y darle una casa, él siempre regresaba a las calles para jugar con las personas que caminaban por la zona y prefería quedarse ahí.
Tras la triste noticia los habitantes de Lurín le organizaron una misa,donde el cura de Lurín dio algunas palabras, finalmente el lomito fue sepultado en el panteón del pueblo en donde le dieron el último adiós con todo y música de banda.
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